Salvemos el Cabañal
El día 5/12/2009 visité el barrio del cabañal en una visita guiada organizada por la plataforma Salven el Cabanyal durante la cual visite los edificios mas relevantes del barrio , muchos de los cuales están pendientes de demolición. Hay edificios catalogados y de gran interés arquitectónico, urbanístico y etnologico. No pretendo sustituir en modo alguno con una visita de tres horas (aunque no sea la primera que hago) la vivencia , información disponible y experiencia de los habitantes del barrio, algunos a favor y otros en contra de su demolición. Solo intento ofrecer mi punto de vista y opinión sobre el asunto. Nadie, sin embargo, puede negar las evidencias de que se trata de un clásico caso de “gentrificacion” como han vivido ya las grandes ciudades españolas. Detectado un barrio que por su situación y pobreza puede ser provechosamente utilizado para población mas pudiente y “bonita” se procede a su paulatina demolición. Las casas construidas ya no son accesibles para los antiguos habitantes , que son sustuidos por los nuevos. Paradójicamente, muchos de ellos con ideas progresistas y a los que parece integrador y tolerante habitar estos barrios degradados.
En el Cabañal el poder político parece actuar con un plan a largo plazo. Compra las construcciones en semi-ruina a bajo precio. No las rehabilita. No construye. Simplemente procede a su demolición dejando un solar vació , que tampoco, contraviniendo su propia ordenanza, vallara en modo alguno. Un paseo por las zonas condenadas del cabañal alterna, como si de Beirut se tratara, casas en mal estado con solares abandonados y en ocasiones llenos de basura donde los niños juegan. Así, el escaso visitante de estos lugares obtiene una pobre impresión del barrio, y los vecinos menos marginados de otras zonas colindantes , o incluso habitantes de esos sectores condenados, claman por una demolición que acabe con esa situación. Un caso de limpieza de clase. Pero no se debe olvidar que esa degradación es voluntaria y aparentemente planificada. Así, en el barrio coexisten los que piden una demolición y saneamiento , y los que luchan por que su barrio siga siendo lo que fue. Ellos también pagan sus impuestos y merecen los mismos servicios de seguridad, limpieza y alumbrado que los sectores de relumbrón que el ayuntamiento de la señora Barbera exhibe impúdicamente a la menor ocasión. Esto ocurre, paradójicamente (o no tanto) en la ciudad de los fastos, la de la F1 y de la Copa América, la de los Arquitectos obreros de Dios y las visitas de Teócratas. Un gobierno local que parece gobernar tan solo para un turista de escaso fondo cultural, que pasa el día en ese repetitivo espanto que es la Ciudad de las Artes y las Ciencias para dejar de ver la Lonja y el Mercado Central, o callejear por Ruzafa o por El Carmen.
El futuro del barrio es sombrío. Seguramente llegara a un punto de no-retorno en su degradación, una situación tan escandalosa que el ayuntamiento se vea obligado a demoler la zona para senearla , recibiendo sin duda el aplauso agradecido de los vecinos “bienpensantes”. Y se destruirá el pasado, la riqueza de un antiguo y culturalmente poblado barrio de pescadores para construir algo que apenas diferirá en algo de las urbanizaciones de las afuera de la ciudad. Otra guetto de exclusión para los ricos. Otra perdida de la memoria. Y los valencianos saldremos a viajar, iremos a Paris y miraremos con envidia y emoción estúpida y ciega sus antiguos barrios cuidados, y solo eso nos quedara porque habremos destruido nuestro pasado a favor de una gregaria, santurrona y vacía prosperidad. Y lo mereceremos. Mereceremos que nuestra ciudad se parezca a cualquier anodina neo-urbe del Mid-West, o de Dubai. Ah, no, es cierto. Siempre nos quedaran las Fallas. Y al igual que Victor Hugo pidio que se cambiara el nombre de Paris por el suyo propio, propongo ya en aras del turismo: Calatravopolis.
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